Quizás yo tenga un modo un tanto peculiar de ver las cosas...pero bajo mi punto de vista creo que simbólicamente somos como un muñeco de plastilina en manos de nuestro yo verdadero... lo que pasa es que muchas veces tendemos a confundirnos y en realidad cuando decimos “yo”nos referimos al muñeco únicamente sin tomar conciencia de nada mas.
Y digo esto porque en realidad creo que nuestro cuerpo no es mas que el reflejo físico de lo que nuestro verdadero YO hace, piensa, dice o siente.
Es “el baúl” donde guardamos todas esas sensaciones y acciones... es la transformación física de nuestros recuerdos y actos.
Esto es aplicable a todo y por su puesto también cuando decidimos hacer deporte para estar sanos y esculpir nuestra anatomía.
Muchas veces en la sala de musculación del gimnasio contemplo a la gente y veo que la palabra “rutina” se la toman muy al pie de la letra.
Van ejecutando el ejercicio mientras piensan por ejemplo en lo que van a comprar en el super cuando salgan, en lo que van ha hacer de cenar, en la ropa que se van a poner mañana...
A la vez que ejecutan van hablando, escuchan música... en definitiva se evaden de lo que están haciendo.
Dejando el tema de la alimentación a parte, tema por otro lado muy muy importante, ya que evidentemente también somos lo que comemos y no solo exteriormente... esta es una de las causas por las que muchas personas no avanzan lo que debieran, se estancan y comentan que el entrenamiento con cargas en la sala de musculación es muy aburrido.
Si nosotros observáramos a un escultor al inicio de su obra con un trozo de piedra delante y lo viéramos empezar su faena cincelando de cualquier manera, usando herramientas que no son las adecuadas para perfilar la zona que esta trabajando ese día, hablando con el de al lado de la película del domingo o bien pensando en las musarañas, con pocas ganas de hacer nada que no sea pasar el rato y cumplir con su conciencia para que no le “regañe” al día siguiente... ¿apostaríamos por esa obra?... pensaríamos que de ahí va a salir algo bello? Seguramente no! Y eso contando que la obra la acabara algún día.
Y porque nuestro cuerpo...duro como la roca y a la vez moldeable como la plastilina ya sea para bien o para mal iba a ser diferente?
Si queremos resultados tenemos que aprender a poner el pensamiento en el entrenamiento... intentar sentir y aislar con la mente lo mas que podamos la zona que trabajamos, observar su movimiento, el rango de recorrido que estamos haciendo.
Observar que dentro de la cadena muscular a la que pertenece el músculo que trabajamos, sea ese músculo el que inicie el movimiento y que los demás le sigan , que sea el músculo interesado el que realice la mayor parte del trabajo ajustando el peso a eso y no al revés.
No se trata del peso que movemos si no del estimulo que recibe el músculo con la mínima ayuda de los demás (exceptuando claro en deportes como la halterofilia por ejemplo), intentando dejar la inercia a un lado cuando de modelar el músculo se trata.
Ajustando los tiempos de descanso según el objetivo que tengamos en ese momento... y estirando al final de la sesión nuestro agarrotadito muñeco de plastilina.
Estas entre otras son las herramientas y la manera de usarlas que nosotros los “autoescultores” debemos saber y respetar, si queremos hacer de nuestro muñeco una obra bella sin deformidades ni lesiones.
Y así también acabar conociendo nuestra propia mecánica de funcionamiento para que con el tiempo tal vez seamos capaces de vislumbrar los hilos invisibles que nos mueven y siguiendo esos hilos descubramos al propietario de la marioneta de plastilina que la dirige...
Y digo esto porque en realidad creo que nuestro cuerpo no es mas que el reflejo físico de lo que nuestro verdadero YO hace, piensa, dice o siente.
Es “el baúl” donde guardamos todas esas sensaciones y acciones... es la transformación física de nuestros recuerdos y actos.
Esto es aplicable a todo y por su puesto también cuando decidimos hacer deporte para estar sanos y esculpir nuestra anatomía.
Muchas veces en la sala de musculación del gimnasio contemplo a la gente y veo que la palabra “rutina” se la toman muy al pie de la letra.
Van ejecutando el ejercicio mientras piensan por ejemplo en lo que van a comprar en el super cuando salgan, en lo que van ha hacer de cenar, en la ropa que se van a poner mañana...
A la vez que ejecutan van hablando, escuchan música... en definitiva se evaden de lo que están haciendo.
Dejando el tema de la alimentación a parte, tema por otro lado muy muy importante, ya que evidentemente también somos lo que comemos y no solo exteriormente... esta es una de las causas por las que muchas personas no avanzan lo que debieran, se estancan y comentan que el entrenamiento con cargas en la sala de musculación es muy aburrido.
Si nosotros observáramos a un escultor al inicio de su obra con un trozo de piedra delante y lo viéramos empezar su faena cincelando de cualquier manera, usando herramientas que no son las adecuadas para perfilar la zona que esta trabajando ese día, hablando con el de al lado de la película del domingo o bien pensando en las musarañas, con pocas ganas de hacer nada que no sea pasar el rato y cumplir con su conciencia para que no le “regañe” al día siguiente... ¿apostaríamos por esa obra?... pensaríamos que de ahí va a salir algo bello? Seguramente no! Y eso contando que la obra la acabara algún día.
Y porque nuestro cuerpo...duro como la roca y a la vez moldeable como la plastilina ya sea para bien o para mal iba a ser diferente?
Si queremos resultados tenemos que aprender a poner el pensamiento en el entrenamiento... intentar sentir y aislar con la mente lo mas que podamos la zona que trabajamos, observar su movimiento, el rango de recorrido que estamos haciendo.
Observar que dentro de la cadena muscular a la que pertenece el músculo que trabajamos, sea ese músculo el que inicie el movimiento y que los demás le sigan , que sea el músculo interesado el que realice la mayor parte del trabajo ajustando el peso a eso y no al revés.
No se trata del peso que movemos si no del estimulo que recibe el músculo con la mínima ayuda de los demás (exceptuando claro en deportes como la halterofilia por ejemplo), intentando dejar la inercia a un lado cuando de modelar el músculo se trata.
Ajustando los tiempos de descanso según el objetivo que tengamos en ese momento... y estirando al final de la sesión nuestro agarrotadito muñeco de plastilina.
Estas entre otras son las herramientas y la manera de usarlas que nosotros los “autoescultores” debemos saber y respetar, si queremos hacer de nuestro muñeco una obra bella sin deformidades ni lesiones.
Y así también acabar conociendo nuestra propia mecánica de funcionamiento para que con el tiempo tal vez seamos capaces de vislumbrar los hilos invisibles que nos mueven y siguiendo esos hilos descubramos al propietario de la marioneta de plastilina que la dirige...
Tenemos que aprender a mirarnos con ojos de escultor partiendo de la base de que todos poseemos belleza si bien es cierto que hay gente mas guapa y gente menos guapa, pero la belleza lo que se dice en si la poseemos o la hemos poseído todos alguna vez, el que este mas o menos latente depende de como la cultivemos a lo largo de nuestra vida.
El concepto de belleza es muy ambiguo y su grado depende del observador, teniendo en cuenta que nosotros mismos somos nuestro primer y mas importante observador.
Es un don que posee todo ser humano, si bien es verdad que existen bellezas mas "picasianas" por llamarlo de alguna manera, pero también es cierto que por ejemplo los cuadros de Picaso a pesar de no ser entendidos por todo el mundo tienen su muy elevado valor, de hecho ¿cuantos de nosotros podemos permitirnos tener un Picaso en el recibidor de nuestra casa?
El ser una persona guapa es una característica con fecha de caducidad, el ser una persona bella no.
La belleza es un don inicial que se cultiva y conforme se va cultivando florece y se renueva de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro de manera constante y progresivamente, claro que al igual que ese don inicial se renueva , florece y crece con su cultivo...también se marchita y puede llegar a desaparecer con la dejadez.
La naturaleza nos obsequia con un tesoro y es nuestra responsabilidad darle el valor que se merece y cuidarlo como tal.
Podríamos hablar y escribir larga y extensamente de como cuidar nuestra belleza ya que eso abarca el plano físico y el no físico, aunque no por separado ya que ambas partes están estrechamente relacionadas y son imposibles de diseccionar..
Es por eso que cualquier cosa en el plano no físico...un disgusto, una depresión, el estrés... se manifiesta en el plano físico... dolor de cabeza, abdominal, malas digestiones, ojeras, granos etc..
El plano físico es la parte objetiva de nuestro plano subjetivo...
Y precisamente, por esta interconexión, que tenemos como he dicho anteriormente que aprender a mirarnos con ojos de escultor.
Tenemos que aprender a poner el pensamiento en el entrenamiento.
Coger unas mancuernas para hacer un curl de bíceps tiene una importancia y relevancia mas allá que un simple gesto rutinario y metódico que hacemos una vez por semana.
En ese gesto estamos realizando una conexión neuromuscular... por decirlo de alguna manera nuestros cables (nervios) activan su descarga de corriente hacia el cerebro y viceversa.
Si lo hacemos poniendo nuestra conciencia en ello y observando las sensaciones, el estiramiento del músculo, el juego de la articulación, ajustando el recorrido hasta el momento justo antes de perder la "conexión" neuromuscular, activando el movimiento de contracción antes de esa pequeña décima de segundo de descanso muscular en la extensión, anulando a nuestra amiga inercia para que se vaya a entrenar con otro, estabilizando nuestra columna para no desestructurar nuestra armonía corporal en detrimento de un "beneficio muscular concreto" etc etc...
Con todo esto conseguimos activar mas "cables" con lo cual le llega mas cantidad e intensidad de"corriente" a nuestras fibras musculares, digamos que con el mismo peso y recorrido conseguimos activar fibras que en caso de no ser así normalmente se "mantienen el margen" mientras las demás trabajan.
Esta activación de la cantidad e intensidad de corriente es la herramienta en si que de verdad esculpe el cuerpo
Puede parecer difícil y aburrido realizar esto en cada entreno...pero realmente no lo es, observarse uno mismo no es aburrido, aprendes a conocerte, a controlar el pensamiento, a desarrollar conciencia corporal.
Como yo suelo decir " No te evadas del entrenamiento, evádete de lo demás mientras entrenas" es una manera de olvidarte de problemas y estrés y centrar ese ratito en uno mismo, observar nuestro "vehículo" ponerlo en forma, recargar batería, y de paso que la mente descanse y que el pensamiento aprenda a callarse ni que sea un ratito y nos deje en el silencio de la observación.
Ya tendremos tiempo después de la ducha de volver a vestirnos con las prisas, es estrés y los problemas... y nuestra mente tiene todo el resto del día para seguir machacandonos... pero ese paréntesis que hemos hecho en beneficio nuestro queda... hasta el próximo entrenamiento.
Muchas veces el autoconocimiento físico es el camino mas recto para llegar al autoconocimiento no físico ya que estamos conectados por esos hilos invisibles, pero normalmente vamos siempre con el “piloto Automático” puesto mientras el conductor duerme... por eso resulta mas fácil empezar primero por la mecánica para que poco a poco el conductor vaya despertando, apague el piloto automático y empiece a conducir hacia un destino concreto, dejando así de dar vueltas sin un rumbo fijo.
2 comentarios:
En cuanto a lo del saco... a ver, la mayoría son "cachos de carne con ojos", es triste pero cierto. Y si no, te das una vuelta por el General de un foro que tú y yo conocemos y veremos si no...
Suerte que NO TODOS somos iguales!
Pues no te voy a quitar la razon, de garrulos esta el mundo lleno pero en todas las aeras,y muchos coinciden con el cartelito que de entrada se les cuelga incluso algunos lo superan.
Aun asi me parece injusto porque con tu bien dices por suerte NO TODOS somos iguales!
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